En mi viaje a Armenia, la cual es la cuarta vez que voy, hay varias cosas que hice y me gustaría explicar.
Empezando que Armenia es el país de donde soy y el país de donde son mis padres. Es por eso, que en la mayoría del viaje la pase visitando a familiares, sean más cercanos o no. Es muy bonito ir por el país, visitando cada lugar y sabiendo que a donde sea que vayas, también es tu hogar.
Uno de los lugares que fui a visitar y sin duda me encantó, fue Sisian. Allá vive la familia de mi abuelo y pasamos tres dias y dos noches. Es muy interesante y nuevo ver cómo preparan la comida, la cual siempre está hecha por ellos, como la miel, el queso, la mantequilla, o la carne, que son ellos mismos los que la cazan. También es interesante el simple modo de vida. Como van a comprar o como pasan a recoger los frutos. Es simplemente único para gente que vivimos en pequeñas ciudades.
Algo que sin duda también tengo que destacar, es mi bautizo. Mis padres han esperado a que viajemos allá para bautizarnos a mi y a mi hermana. Al principio, no querían armar una celebración tan grande. Pero al final, acabaron haciéndolo, pues las celebraciones de allá no son nada comparadas a las de aquí, y sería nuestra única vez que habríamos tenido una celebración como esa. Al igual que las sesiones de fotos, los invitados y todo. Todo ha sido espectacular y único para nosotras.
Una última cosa que me gustaría mencionar, es lo familiar que se siente pasear por allí. Y no lo digo por el simple hecho de que mis padres son de allá, si no que se siente como si hubiera vivido toda mi vida allá, mientras que la primera vez que he ido tenía tan solo seis años, y el tiempo de cada viaje no ha sobrepasado el mes. Con eso, puedo decir que tan solo he estado cuatro meses de mi vida allí, y ya se siente como mi hogar. Y no es por cuánto he pasado allá, si no porque mi sangre pertenece a ese país, por lo que cada viaje que hago, se siente perfecto.
Artículo de opinión: Mery Khachatryan