Las viñas armenias son antiguas. De hecho, algunas de ellas datan de hace 150 años, y aun así son más que capaces de producir uvas para vino.
Durante los últimos diez años, Kristina Margaryan, directora de investigación de genómica vegetal en el Instituto de Biología Molecular de Armenia, ha estado catalogando variedades autóctonas perdidas y en peligro de extinción en cada pueblo y viñedo de la región de Vayots Dzor de Armenia. “Las entrevistas con los agricultores y los registros escritos guardados en los municipios locales y las iglesias revelan que allí hay viñedos de 100 años o incluso más”, dice Margaryan.
Hasta ahora, ha documentado unos 3,000 genotipos, 300 de los cuales se consideran variedades distintas. Para identificar las uvas, su grupo trabaja en estrecha colaboración con el Instituto Julius Kuhn en Alemania, que alberga una de las mayores bases de datos de recursos genéticos de la uva del mundo.
Cuando Armenia pasó a formar parte de la Unión Soviética en 1922, la vinificación pasó a ser una actividad agrícola colectiva, en la que las uvas se cultivaban exclusivamente para la producción de brandy y vino de postre. Sin embargo, algunos viñedos más antiguos, a menudo situados a gran altitud, quedaron sin cultivar y, por lo tanto, se salvaron para las nuevas generaciones que reactivarían la industria décadas después en la República independiente de Armenia.
Fuente: Vinos de Armenia: entre los más interesantes del mundo – Food & Wine en Español